Para mí ya ha empezado la temporada navideña…
No me había abordado el espíritu navideño este año hasta el momento «ostras» con mis amigas en el Mercado de San Miguel de Madrid, con cava y bajo unas guirnaldas hechas de esparto muy españolas, la verdad.
Un paseo por el mercadillo navideño me hizo recordar el mercadillo navideño de Tallín, que visité hace unos años.
Este mercadillo posee el honor de ser el lugar en el que supuestamente se situó el primer árbol de Navidad de la historia.
Y es que al parecer, en 1441 y en la noche de Navidad, un rico comerciante achispado por el licor y la alegría de las fechas, desahogó su euforia bailando con las jóvenes de la ciudad alrededor de un árbol al que posteriormente dieron fuego.
Dice la leyenda que ahí se inició una tradición anual que ha conducido hasta los actuales abetos navideños.
Y es que para preparar un frondoso abeto, este plan es infalible para pequeños y mayores.
Motivos vegetales, adornos, para el árbol y hasta artículos de broma podemos encontrar.