Fue un diseñador y escultor finlandés, uno de los pioneros del arte industrial en su país. Su labor en diseño fue reconocido en los años que siguieron la Segunda Guerra Mundial. Sus diseños más famosos son, los producidos para la cristalería Iittala, como los jarrones Kantarelli.
Tapio Wirkkala nació en 1915 en Finlandia y 21 años después ya tenía un título de la Escuela de Artes y Oficios de Helsinki bajo el brazo. Empezó dibujando. “Diseñar un objeto es bocetarlo y corregir. Construir varios modelos, rectificar y volver a dibujar”, dijo en una ocasión. Pero vayamos por partes, Este señor es uno de los grandes pioneros del diseño finlandés, ese design democrático, junto a sus vecinos escandinavos, después de la Segunda Guerra Mundial.
Cuando ganó un concurso de la empresa de cristal más conocida del país, Iittala, corría el año 1946 y la firma contrató sus servicios como diseñador. La actividad profesional de Wirkkala desde entonces queda unida a esta empresa de piezas de cristal, de la que se convierte en director creativo en 1946. Sus bellas y funcionales creaciones encarnan el movimiento moderno escandinavo, con expresivas formas orgánicas, inspiradas en la naturaleza, en las que combina la artesanía con las técnicas industriales. El cristal se convirtió, para los restos, en uno de sus materiales preferidos, con el que creó jarrones y objetos invernales, austeros y al mismo tiempo cálidos, inspirados en la naturaleza de Laponia y el Ártico.
Tapio colaborará también con otras importantes empresas como Venini o Rosenthal –que siguen produciendo sus trabajos– y junto a su mujer, la artista Rut Bryk, conseguirá que el diseño finlandés triunfe en las Trienales de Milán en los años 50. Sus obras forman parte de los fondos de museos de todo el mundo.. Diseñó cuchillos para Hackman, muebles para Asko y bombillas para Airam, fue profesor del Instituto de Artes Industriales y diseñador del stand finlandés de la Trienale de Milán de 1951. “Trabajo por intuición, creo en la percepción inmediata. Después llega el dibujo, los mil bocetos, el trabajo.
Lo hizo todo, desde exclusivos jarrones de cristal a botellas de cerveza, joyas, lámparas, cuchillos y esculturas. Artek reedita ahora una de sus mesas de madera con formas orgánicas y cristal. Le gustaba experimentar: “Cada material tiene sus propias leyes no escritas. Nunca hay que violentarlo sino trabajar en armonía con él”. Además, Tapio no solo era un teórico. Se acercó a la artesanía y aprendió sus técnicas. Las antiguas vasijas de madera laponas le llevaron a diseñar objetos contemporáneos pegados a la naturaleza. Sus muebles y cuencos de madera laminada, que creaban efectos rayados, son su seña de identidad. Bellos y orgánicos.